La feria se encuentra alojada en un espacio de una antigua Usina Eléctrica, y la historia impregnada en este lugar es palpable. No se trata de un espacio convencional, no es un "cubo blanco" o un centro de convenciones. Aquí, la historia se entrelaza con el arte, coexistiendo con el deterioro de la infraestructura, el tejido social y el paisaje urbano. La ruina industrial se convierte en una poderosa metáfora que representa no solo crisis y decadencia, sino también una oportunidad de transformación.